Aumentan en Inglaterra los casos de enfermedades de trasmisión sexual como la sífilis y el SIDA
La sífilis se transmite al bebé por medio de la placenta y ocasiona abortos, muertes y malformaciones congénitas
LONDRES, Inglaterra.- Con el rápido auge de la promiscuidad entre la generación joven británica, los especialistas médicos advierten sobre el otro lado de la moneda de esta libertad sexual: la salud sexual de la nación británica está empeorando más rápido que nunca en los tiempos modernos.
En los años noventa del siglo pasado, los médicos en el Reino Unido declaraban con orgullo que casi habían erradicado la sífilis en este país.
Pero las últimas estadísticas muestran que esta enfermedad transmitida sexualmente, y a veces fatal, ha regresado con nuevos bríos.
La mayoría de los casos reportados son en los centros metropolitanos de Londres y Manchester, donde el incremento es .
La raíz de esta explosión de enfermedades como la sífilis, gonorrea o clamidia es que la generación más activa sexualmente, entre los 16 y 25 años de edad, ya no recuerda las campañas de sexo seguro, tan eficaces en décadas pasadas.
Entonces el mensaje de sexo seguro estaba directamente vinculado con el miedo a contraer el virus VIH.
Los datos más recientes del gobierno del Reino Unido muestran que en sólo un año 5,300 británicos se infectaron con el VIH, o lo que es lo mismo, un aumento del 10 por ciento, y ahora hay un total de 58 mil infectados.
Los activistas británicos de Salud Pública admiten, que el fracaso de las clínicas estatales de hacer entender los serios daños que produce la promiscuidad entre los jóvenes británicos, ha convertido al Reino Unido en el país, que cuenta con el peor record de salud sexual en toda Europa Occidental.
Cuando la mujer padece sífilis con menos de 2 años de evolución y no ha sido tratada oportunamente, tiene una enorme probabilidad de sufrir un aborto o que su bebé muera en el momento de nacer.
Cuando esto sucede, una gran cantidad de niños nacen muertos o mueren a las pocas horas de haber nacido. De los que sobreviven, un gran porcentaje nacen con malformaciones congénitas, son sordos y muy propensos a desarrollar anemia, problemas de crecimiento y otras complicaciones.
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